Malla de poliéster , también conocido como malla de poliéster o tejido de refuerzo, es un material textil comúnmente utilizado en diversas aplicaciones, incluidos techos, construcción y productos industriales. Normalmente se utiliza para reforzar revestimientos y membranas, proporcionando resistencia, estabilidad y durabilidad. El proceso de fabricación del tejido de poliéster consta de los siguientes pasos:
Materiales usados:
Hilos de poliéster: El poliéster es el material principal utilizado para la producción de malla tejida. Se elige por su alta resistencia a la tracción, durabilidad y resistencia a la humedad y la radiación UV.
Material de revestimiento: Dependiendo de la aplicación, la malla se puede recubrir con varios materiales como PVC (cloruro de polivinilo), látex u otros polímeros para mejorar sus características de rendimiento.
Proceso de manufactura:
Extrusión de poliéster: el proceso comienza con la extrusión de gránulos de poliéster para crear filamentos continuos de hilo de poliéster. Estos filamentos suelen estirarse y fijarse con calor para mejorar su resistencia y estabilidad.
Preparación del hilo: Luego, el hilo de poliéster se enrolla en bobinas o carretes, listo para el proceso de tejido.
Tejido: El hilo de poliéster se teje en una estructura de tela utilizando máquinas de tejer especializadas. El patrón de tejido específico puede variar, pero una opción común para la tela de cañama es el tejido de gasa. El tejido de gasa implica entrelazar pares de hilos de urdimbre (hilos longitudinales) con hilos de trama (hilos transversales) de una manera que crea una estructura abierta en forma de rejilla. Este patrón de cuadrícula mejora la estabilidad del tejido y evita el deslizamiento del hilo.
Apresto: Después de tejer, la tela puede pasar por un proceso de apresto. El apresto implica aplicar un agente apresto a base de almidón o polímero a la tela para mejorar sus características de manipulación durante el procesamiento posterior.
Recubrimiento (opcional): Dependiendo del uso previsto, la malla puede someterse a un proceso de recubrimiento. Por ejemplo, si está destinado a aplicaciones de techado o construcción, puede recibir un recubrimiento de polímero para mejorar su resistencia al agua y durabilidad. El recubrimiento se puede lograr mediante varios métodos, incluido el recubrimiento por inmersión o el recubrimiento con rodillo.
Fijación por calor: La tela de malla se fija por calor para estabilizar sus dimensiones y eliminar cualquier material de apresto restante. El termofijado implica someter la tela a calor y tensión controlados para garantizar que conserve la forma y las propiedades deseadas.
Inspección y control de calidad: La tela se inspecciona cuidadosamente para detectar defectos, consistencia y calidad. Cualquier imperfección o irregularidad se aborda en esta etapa.
Corte y embalaje: La tela de cañamazo se corta en rollos u hojas del tamaño deseado y se empaqueta para su distribución y uso. Los rollos generalmente se enrollan sobre núcleos de cartón o plástico para mantenerlos en una forma compacta y enrollable.